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| El triunfo de Manuel Villegas, la noticia positiva para Colombia en el NEC Series-Latinoamérica. |
Pasan los
días y el panorama no cambia: la mentira se mantiene y el NEC
Series-Latinoamérica, popularmente conocido como ‘chimbis’ tour, el nombre que
los propios jugadores le dieron, recorre un camino muy similar al del año
pasado, su primera temporada. Eso quiere decir que se repiten los mismos
errores, que se mantienen las tendencias y que, por ende, el futuro del
minicircuito de la región no es halagüeño.
Como lo
publicó GOLF EN CONTRAVÍA en la
última entrada de 2012, en una nota titulada Corregir
los vacíos, el reto del PGA Tour Latinoamérica 2013, esos primeros pasos
dejaron mucho que desear, más allá de la efervescencia mediática y de la
emoción por tener en nuestros países torneos cobijados por el PGA Tour, así sea
a la distancia, a través de terceros. Este primer semestre de 2013, sin
embargo, deja claro que todavía es mucho lo que hay por corregir, que la
intención del circuito estadounidense de aliarse con las federaciones
regionales resultó el fracaso que estaba anunciado y que, salvo que haya algún
cambio drástico, la serie correrá la misma suerte que su antecesor, el Tour de
las Américas.
Dos hechos
sirven para mostrar la verdadera realidad del NEC Series-Latinoamérica, la
misma que sus protagonistas se esmeran en esconder. El último día de juego del Claro
Colombia Championship, el torneo válido por el Web.com Tour que se disputó por
cuarta ocasión en el Country Club de Bogotá, emisarios de la Fedegolf visitaron
el tradicional centro social y deportivo de la capital dizque con el ánimo de
limar asperezas tanto con los organizadores del certamen (los mismos a los que
despreciaron en el pasado, de los que se burlaron hasta la saciedad y a los que
quisieron desprestigiar) y con las directivas del club, con las que de tiempo
atrás había serios roces y un conocido distanciamiento.
La gestión
terminó como casi todos los emprendimientos de la entidad: en fracaso rotundo. El
obispo Cantinflas y sus acólitos deshonestos terminaron arrumados en una lejana
tribuna, escondidos debajo de los árboles, con el rabo entre las piernas.
Germán Calle Ramírez, director del torneo, que estaba pendiente de la última
ronda y las actividades finales, les concedió no más de cinco minutos, pero
fueron más que suficientes para ‘bajarlos del bus’. ¿Cuál bus? Los de la
Fedegolf fueron, literalmente, a pedirle cacao con sus famosos torneos del muy
mal llamado PGA Tour Latinoamérica, que el año pasado le dejaron pérdidas
económicas a la entidad, según ellos mismos reportaron en la asamblea
ordinaria.
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| Jorge Fernández-Valdés, el único nuevo del Top-5 de ganancias. |
Calle, con
su estilo frentero y sin maquillajes, de una vez les dijo que no. “Regalado,
uno de esos torneos es caro”, fueron las palabras que les dijo cuando le
solicitaron apoyo para evitar nuevos descalabros. “Con esos jugadores que
participan, a ningún patrocinador serio le puede interesar estar ahí”, agregó. Hasta
ahí llegó la conversación, y la verdad es que no había mucho más que decir. Al
fin y al cabo, el mismo Calle le propuso a la Fedegolf, hace más de cinco años,
aliarse para organizar torneos del Tour Europeo y luego del PGA Tour y la única
respuesta que obtuvo fue que lo tildaran de charlatán y de pícaro, en el
sentido negativo del término. Pero, miren cómo es la vida, ahora los mismos
payasos petulantes del pasado llegaron al Country Club a dárselas de humildes y
regresaron a casa aburridos después de recibir una dura cachetada con guante
blanco.
Luego, a
comienzos del pasado mes de mayo, con ocasión del The Players Championship, el
torneo más importante que organiza el PGA Tour, los avivatos de la Fedegolf se
tiraron un nuevo envión, con idéntico resultado: fracaso absoluto. Por cuenta
del circuito estadounidense, que les tendió una invitación y los citó para una
reunión con otros dirigentes de la región, llegaron a Ponte Vedra Beach
(Florida) con una propuesta en tono de ultimátum: para que el NEC
Series-Latinoamérica no sea el ‘chimbis’ tour de la actualidad, se necesita que
el PGA Tour deje de organizar torneos en Suramérica.
De nuevo
fue regreso a casa en medio de incomodidades, por aquello del rabo entre las
piernas. Hoy por hoy, el PGA Tour está más que satisfecho por los resultados
arrojados por los torneos de sus dos verdaderos circuitos, el PGA Tour y el
Web.com Tour, en Latinoamérica. En ambos niveles, las experiencias en México,
Puerto Rico, Colombia, Chile y Brasil han sido satisfactorias, porque
encontraron empresarios serios, trabajadores, capaces, no médicos caducos o
arquitectos quebrados como los que pululan en las federaciones regionales. Y,
claro, no está dispuesto a dar marcha atrás, porque allí hay un terreno fecundo
del que ya se observan los primeros frutos.
El grave
error del PGA Tour con el NEC Series Latinoamérica fue haber creído que podía
llevarlo a cabo con las federaciones. Rápidamente, los gringos se dieron cuenta
de que por acá esos aprendices solo están capacitados para organizar medallas
mensuales, y que de logística, comercialización y difusión en serio poco o nada
saben. El gran avance del minicircuito en lo que va corrido del año es que
tiene un patrocinador, NEC, hecho que le otorga un poco de seriedad. De ahí en
adelante, es poco lo que se puede rescatar.
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| José de Jesús Rodríguez, el primero de la lista de ganancias. |
Colombia
(los campeones mundiales en la materia), República Dominicana y México
volvieron a acoger torneos única y expresamente para rellenar el ‘field’ con
los hijos de los directivos, los novios de sus hijas, los sobrinos, los amigos,
en fin. Una vez más, quedó claro que los torneos presentan una cara cuando se
realizan por estas latitudes del norte de la región y otra muy diferente, esta
sí llamativa y competitiva, cuando las citas son en el sur, especialmente en
Argentina. Por acá son convites de amigos con algunos extranjeros, por allá son
torneos con nombres reconocidos, de esos que por aquí solo se ven en
televisión.
En diciembre,
cuando con bombos y platillos el propio PGA Tour anunció el calendario de la
temporada 2013, se presentaron 15 torneos, ocho en esta primera parte del año.
Se realizaron siete, pues el Abierto de Puerto Rico, que se iba a jugar en la
tercera semana de mayo, quedó en el aire. Lo mismo ocurre con una de las citas
previstas en Brasil y, de acuerdo con la página web oficial, solo hay seis
competencias más aseguradas para el resto del año (con lo que se llegaría a 13
en el acumulado). En pocas palabras, a la flor se le cayeron dos pétalos y el
dueño del cultivo guarda silencio y mira para otro lado, como si nadie se fuera
a dar cuenta.
En lo
deportivo, el minicircuito sigue caracterizándose por ser el escenario ideal
para el rencauche de veteranos venidos a menos y jugadores con al menos cinco
años de experiencia que no pudieron llegar a otros ámbitos más competitivos. En
Top-5 de la lista de ganancias lo encabeza el mexicano José de Jesús Rodríguez,
conocido como ‘Camarón’, que a los 33 años tiene un pie en el PGA Tour-2014. Le
sigue el talentoso Jorge Fernández-Valdés, de Argentina, que con solo 21 años
demuestra que lo realizado como amateur no fue producto de la casualidad. Tercero
es el estadounidense Timothy O’Neal, que a los 41 años vive una ‘segunda
juventud’ en este nivel. Cuarto es Óscar Serna, de México, con 34 años a cuestas,
que ha hecho valer el bagaje acumulado. Y el quinto es el colombiano Manuel
Villegas, que a los 28 años alcanza el punto más alto de su trayectoria. Es
decir, como ocurrió en 2012 con Tommy Cocha, solo hay un joven entreverado en los
primeros puestos, confirmando la tendencia del año pasado.
No se
demorarán los desmentidos ni las amenazas de demanda, pero esa es la verdad. El
PGA Tour está como gallina criando patos con este NEC Series-Latinoamérica:
encartado. El problema es que tiene contratos firmados por tres años (hasta
2015, inclusive) y los va a cumplir. De ahí en adelante es difícil saber qué va
a ocurrir, aunque no se necesita ser genio para prever que mientras este
panorama no cambie de manera radical los días de la gira regional están
contados. El mejor termómetro para medir su impacto es la trascendencia que le
dan los principales medios de comunicación especializados en golf: para Golfweek y Global Golf Post, por ejemplo, el registro de estos torneos solo
amerita una breve. Esa es la verdadera dimensión actual del minicurcuito, así las
monjitas del convento de la 72 entren en estado de ira profunda cuando su
mentira queda al descubierto.
Hasta la
próxima…




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