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| Adam Scott, primer campeón de los 'playoffs' de la FedEx Cup-2013. |
La ley de
Murphy, la infalible posibilidad de que algo esencialmente bueno se trasforme en
algo patéticamente malo, también tiene su pierde: lo que ya es bueno siempre es
susceptible de mejorar. Ese es, al menos, el caso del PGA Tour, el de verdad,
el de Estados Unidos, no el que en sueños creen vivir por aquí. Primero nos
sorprendieron con los ‘playoffs’ de la FedEx Cup, una arriesgada apuesta por
contar con los mejores jugadores del mundo en septiembre, un mes que para ellos
tradicionalmente fue de vacaciones. Ahora, con The Finals, una serie de cuatro
certámenes del calendario del Web.com Tour que remplaza al siempre cuestionado
Q-School.
Bajo la
égida de Tim Finchem, el PGA Tour se ha convertido en una empresa moderna, es
decir, con capacidad para reinventarse. Una de las principales características
de las entidades que rigen el golf, desde el Royal and Ancient Golf Club of St.
Andrews, en Escocia, hasta la United States Golf Association (USGA), en Estados
Unidos, es que son acartonadas, anticuadas, paquidérmicas. Sus directivos están
cortados por la misma tijera, que no es otra que la del conservadurismo a
ultranza, del temor al cambio, de la improvisación (especialmente por estas
latitudes, en las que los médicos caducos, los arquitectos quebrados, los
abogados cesantes se convierten en ‘vacas sagradas’).
Hasta hace
un poco más de un lustro, nadie se atrevía a pensar que Tiger Woods, Phil Mickelson
y las otras estrellas del planeta golf podrían cambiar sus hábitos en esta
época del año. De hecho, cabe recordarlo, las negociaciones entre los
directivos del PGA Tour y el comité de jugadores fueron extensas, muy intensas,
complicadas. Al final, cuando todos los argumentos quedaron sobre la mesa, sin
la hipocresía, la doble moral ni la mala intención que reina por acá, se
pusieron de acuerdo. Los millones de dólares ofrecidos en los ‘playoffs’ y el
irrefutable argumento de los bonos pensionales (las ganancias de esta instancia
se les entregan a los jugadores cuando cumplan 44 años) convencieron a los más
tercos.
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| El número 1 del mundo es la atracción. |
¿El
resultado? La temporada, que por estas semanas carecía de emociones y
atractivos, ahora los ofrece todos. No solo se cuenta con la presencia de los
mejores jugadores del mundo, sino que la definición de la FedEx Cup ha
demostrado ser una caja de Pandora, con sorpresas por doquier. No hay libreto
que valga, no hay favoritos invencibles, no hay imposibles. El colombiano
Camilo Villegas es digno ejemplo de ello. En 2008, no sobra recordarlo, se
apuntó dos triunfos cuando pocos creían que podía luchar por los honores. Así
mismo, en 2011 entró raspando y, gracias a su formidable desempeño, logró
avanzar hasta el BMW, el tercer torneo de la gira.
Los torneos
de los ‘playoffs’ son muy parecidos a los ‘Majors’, pero con una virtud que los
hace especiales: dado que allí no se está jugando un lugar en la historia, a
los ases se los ve más sueltos, más dispuestos al espectáculo, menos atados a
los compromisos que a veces les impiden sacar a relucir su talento. Eso se
traduce, entonces, en torneos abiertos, cambiantes, muy emocionantes. Como cada
cita implica un filtro que elimina a una porción de los participantes, a la vez
que se juegan los jugosos millones de premios, nunca se pierden la intensidad,
nunca hay espacio para el aburrimiento, nunca alguien puede darse por vencido.
Lo que le
ocurrió a Villegas el pasado fin de semana es clara muestra de ello. En una
cuarta ronda para el olvido, hizo todo lo necesario para quedar eliminado. De
hecho, en el último hoyo falló un corto putt
que le garantizaba la permanencia en la competencia sin tanto sufrimiento de
por medio; pero, sabemos, lo erró. El destino parecía resuelto: guarde la
talega, empaque la maleta y regrese a casa. Sin embargo, el juego le brindó una
nueva oportunidad: el australiano Aaron Baddeley, múltiple ganador en el PGA
Tour, echó a perder su oportunidad. Con tres hoyos por jugar, estaba dentro del
Top-100 para jugar esta semana en Boston, pero terminó, de manera increíble, bogey-bogey-bogey. ¡Eureka!: Camilo
Villegas ascendió a la casilla 100 de la FedEx Cup y se rencauchó. Ahora
enfrenta una tarea difícil en procura de ascender al Top-70 para volver al BMW
Championship, el torneo que lo convirtió en campeón en el PGA Tour.
Los
cambios, sin embargo, no terminaron ahí. La astucia de Finchem no tiene límites
y para esta temporada las modificaciones se concentraron en el Web.com Tour,
que también requería una reingeniería. La temporada regular se acortó (a 21
citas) y se implementó una fase denominada The Finals, con un formato similar
al de los ‘playoffs’, aunque sin los exorbitantes premios en metálico. En ese
ambiente, la recompensa es distinta: conseguir el carné para el PGA Tour. Esta
serie de cuatro torneos (Hotel Fitness Championship, Chiquita Classic,
Nationwide Children’s Hospital Championship y Web.com Tour Championship)
remplaza al desgastado Q-School y con cuatro millones de dólares para repartir
(uno por cada semana) promete grandes emociones.
¿Cómo
funciona este nuevo esquema? Tal y como reza la tradición, los jugadores que
ubicados en el Top-25 de la lista de ganancias de la temporada regular
recibieron el carné que los acredita como nuevos miembros del PGA Tour para
2014. A pesar de ello, podrán continuar en acción durante estas cuatro semanas,
en procura de incrementar sus ganancias. Con ellos estarán aquellos jugadores
que figuraron de la casilla 26 a la 75 del ranquin de dinero en el circuito
alterno y, la novedad, los que aparecieron del puesto 126 al 200 en el PGA
Tour. En esencia, los mismos que antes jugaban la final del Q-School, solo que
ahora no será una maratón de 90 hoyos, sino cuatro semanas de emociones.
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| El Web.com Tour estrena esquema para entregar sus premios. |
El objetivo
es determinar otros 25 golfistas que obtengan (en el caso de los del Web.com
Tour) o revaliden su carné (en el de los miembros del PGA Tour) para la
siguiente campaña. Todos comenzarán de cero y los mejores 25 en el acumulado de
ganancias durante este mes de competencia completarán el grupo de 50 cupos
disponibles para el PGA Tour-2014. Queda claro que aquellos jugadores del
Web.com Tour que ya consiguieron su carné no son tenidos en cuenta (así
aparezcan en los primeros lugares). Hay incertidumbre y expectativa por esta
nueva apuesta de Finchem, tal y como ocurrió cuando se estrenaron los
‘playoffs’, pero ya todos sabemos que el resultado va a ser satisfactorio.
Los 25
jugadores que ya son miembros del PGA Tour, a través de la lista de ganancias
del Web.com Tour, son Michael Putnam, Ben Martin, Cheeson Hedley (novato),
Edward Loar, Kevin Tway (novato), Bronson La’Cassie (novato), Will Wilcox
(novato), Mark Anderson, Álex Aragón (mexicano nacionalizado estadounidense),
Tim Wilkinson, Alex Prugh, Jamie Lovemark, Kevin Kisner, Brice Garnett
(novato), Danny Lee, Matt Bettencourt, Jim Renner, Peter Malnati (novato),
Benjamín Alvarado (novato, chileno), Brendon Todd, Daniel Chopra, Miguel Ángel
Carballo (argentino), Kevin Foley (novato) y Andrew Svoboda. El joven Patrick
Cantlay, campeón del Claro Colombia Championship de este año en el Country Club
de Bogotá, se sacó del listado en el último torneo: era puesto 25 y bajó al 29.
Los
‘playoffs’ de la FedEx Cup, que comenzaron la semana anterior con un muy
interesante The Barclays, ahora tienen competencia. The Finals promete
arrancarles algo del protagonismo y se antoja una instancia más justa para
escoger a los nuevos miembros de la selva en la que reina Tiger Woods. Nadie
puede hablar de suerte cuando se trata de una competencia de 90 hoyos (como era
el Q-School), pero de la misma manera nadie podrá hablar ahora de mala suerte
cuando hay 288 oportunidades. Como se sabe, ya Camilo Villegas refrendó sus
privilegios para 2014 y ahora el que vive la ilusión es Camilo Benedetti. Él,
que tiene muy malos recuerdos del Q-School, ¿encontrará revancha en The Finals?
Ojalá.
Hasta la
próxima…



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