![]() |
Woods no pudo ganar, pero igual hizo historia en el PGA Tour (fotos: PGA Tour.com) |
Esta vez no
hubo celebración, ni delirio en las tribunas. Sin embargo, el Labor Day (Día de
Trabajo) de 2012 quedará señalado en la historia del golf en el mundo. Porque
en una tarde soleada, en el TPC Boston, de Norton ( Massachusetts), Tiger
Woods, para muchos el mejor golfista de todos los tiempos, escribió una nueva
página gloriosa en el libro de historia de la disciplina: es el primer jugador
capaz de rebasar la barrera de los ¡100
millones de dólares en premios!
Tras ocupar
el tercer puesto del segundo torneo de los ‘playoffs’ de la FedEx Cup, el
Deutsche Bank Championship, Woods recibió un cheque por 544 mil dólares,
gracias al cual llegó a 100.350.000
dólares a lo largo de su trayectoria en el PGA Tour. Para llegar hasta aquí
fueron necesarias 291 participaciones, de las cuales 277 son torneos oficiales,
que se discriminan en 74 triunfos (el 25,43 por ciento), 28 segundos puestos
(el 9,62 por ciento) y 19 terceros (el 6,53 por ciento); han sido en total 175
presencias en el Top-10 (el 60,14 por ciento) y solo en 20 ocasiones se quedó
por fuera de los premios (no superó el corte).
Por
tratarse de un día lunes, además festivo en los Estados Unidos; porque el logro
no estuvo acompañado de una victoria, que hubiera sido el escenario ideal, y
porque muchos consideran que este es un récord menor dentro del amplio abanico
de estadísticas oficiales del PGA Tour, la
noticia no generó la trascendencia que pudiera esperarse. De hecho, pasó
inadvertida para muchos de los medios de comunicación especializados y en otros
apenas consiguió un puesto secundario, opacado por el triunfo del norirlandés
Rory McIlroy y el desarrollo de los ‘playoffs’ en camino del BMW Championship,
que se pondrá en marcha este jueves en Carmel (Indiana).
![]() |
El norirlandés Rory McIlroy ganó por tercera vez en 2012. |
Inclusive,
como algo curioso, ni siquiera la página
web oficial del astro estadounidense registró la noticia. Para colmo, en el
apartado de estadísticas, específicamente en el ítem ‘Career Money Leaders’, la
información se hallaba desactualizada: Woods sumaba apenas 94 millones de
dólares, la cifra que acreditaba a finales del año pasado. En todo caso, se
trata de un acontecimiento que poco a poco irá alcanzando el reconocimiento que
se merece y un lugar de privilegio en los libros de historia del golf.
En el orden
de interés de los aficionados y los medios de comunicación, el récord más
importante es el de triunfos en ‘Majors’, que como se sabe está en poder del ‘Oso
Dorado’ Jack Nicklaus, con 18 coronas. Woods acredita 14 éxitos y desde que
ganó el U.S. Open de 2008, en desempate a 18 hoyos contra Rocco Mediate, con
una rodilla lesionada, no ha podido volver a visitar el círculo de los
ganadores en esos torneos. Luego sigue el registro de mayor número de victorias
en el PGA Tour, que encabeza el gran Sam Snead, con 82 celebraciones, contra
las 74 de ‘el Tigre’. Nicklaus ya quedó relegado al tercer escalón, con 73 triunfos
y más lejos aparecen Ben Hogan (64) y Arnold Palmer (62).
Todo se inició curiosamente el mismo Labor Day,
pero hace 16 años, en 1996. En aquella ocasión, Woods terminó su participación en el Greater
Milwaukee Open, su primer torneo como jugador profesional. Con un acumulado de
277 golpes (-7), el entonces joven californiano ocupó la casilla 60 y recibió
un cheque por 2.544 dólares. Esa misma temporada había competido en el Masters
de Augusta, el U.S. Open y el British Open, pero en calidad de aficionado e
invitado gracias a su condición de campeón del U.S. Amateur Championship. Esa
primera campaña rentada la terminó con acumulado de 790.594 dólares.
El primer millón, aquel del que hablaba el grupo colombiano
Bacilos, lo completó tras su undécima participación
como profesional (incluido un torneo no oficial). Fue tras ganar el Mercedes-Benz Championship de 1997, en Hawái.
Para superar la barrera de los 10 millones de dólares se tomó su tiempo:
necesitó 90 salidas y, fiel a su estilo, lo consiguió gracias a una victoria. Fue
la conquistada en el National Car Rental Golf Classic, en el Walt Disney World
Resort, en octubre de 1999. Y fue tras ganar el British Open de 2005 que
alcanzó la cota de los 50 millones de dólares en premios.
![]() |
Woods terminó en el segundo lugar, a 2 golpes de McIlroy. |
Terminado
el torneo, la prensa abordó a Woods y, claro, le preguntó acerca del logro. “He
ganado menos torneos de Sam Snead, pero él obviamente compitió en una época diferente.
Cuando el nivel de las bolsas aumentó en sus días, él ya había hecho lo mejor
de su carrera”, afirmó. El tema, que en la página oficial del PGA Tour también
fue registrado con mesura y apenas como una nota secundaria, se quedó ahí. “Mi juego está empezando a llegar al punto
que deseo. Estoy satisfecho con lo que ocurrió este fin de semana,
especialmente por la forma en que golpeé en el ‘green’”, agregó. También dijo
que su intención era llegar a -20, cifra que consideraba suficiente para ganar,
justamente la que acreditó McIlroy para quedarse con el trofeo.
El Deutsche
Bank Championship, de otro lado, representó lo que los aficionados de todo el
mundo tanto reclamaban: la redención de
los mejores jugadores del circuito. McIlroy, número uno del mundo, volvió
por sus fueros y se llevó la tercera victoria de la temporada. Louis Oosthuizen,
que hace mucho rato no aparecía, fue segundo, dejando escapar inclusive la
oportunidad de un desempate (‘bogey’ en el 17 y erró un ‘putt’ para ‘birdie’ en
el 18). Woods fue tercero, con cuatro sólidas rondas. Phil Mickelson, que venía
de capa caída, y Dustin Johnson compartieron el cuarto lugar, y no muy lejos de
ellos figuraron Lee Westwood, Keegan Bradley, Steve Stricker, Jim Furyk y Webb
Simpson.
¿Qué
diferentes son los torneos cuando ellos son los protagonistas, verdad? Como se
dijo en una anterior entrega, el deporte tiene incorporado un elemento que
es indescriptible: la pasión. Es como el
amor en una relación, que no aguanta análisis, que no soporta explicaciones;
simplemente se da, es, y punto. Y el corazón del aficionado al deporte es
inmenso, pero también es selectivo. Allí hay mucho amor para brindar, pero
no alcanza para todos; entonces, se concentra en unos pocos, a veces de manera
caprichosa en un único personaje. De ahí es que nacen los ídolos, que son una
minoría, una élite. Por el resto hay admiración y respeto, pero la idolatría
está reservada para unos pocos.
Por eso, a diferencia de lo ocurrido el anterior fin de
semana, cuando el triunfo en el The Barclays fue para Nick Watney, esta vez los
grandes jugadores recuperaron su fuego sagrado, se dieron a la tarea de
batallar durante los 72 hoyos y brindaron un fantástico espectáculo que
engalanó la celebración festiva. Ya se recorrió la mitad del camino previsto en
estos ‘playoffs’ de la FedEx Cup y, por
fin, los principales ases descartaron sus cartas y subieron la temperatura de
las emociones. El próximo asalto es el BMW Championship, en el que el
inglés Justin Rose defiende el título conquistado un año atrás.
Hasta la próxima…
No hay comentarios:
Publicar un comentario