lunes, 27 de agosto de 2012

Lydia Ko, la estrella que opacó a Woods y McIlroy


Una imagen para la leyenda: Lydia Ko, campeona del CN Canadian Women's Open.
La atención de los aficionados al golf el pasado fin de semana estaba concentrada en el arranque de los ‘playoffs’ de la FedEx Cup y, especialmente, en el duelo generacional entre el norirlandés Rory McIlroy, a la sazón el número uno del mundo, y el estadounidense Tiger Woods, la fiera que todavía reina en la selva del PGA Tour. Sin embargo, en la tarde del domingo el mundo del golf observaba con admiración, y no poca incredulidad, que la noticia era protagonizada por una tal Lydia Ko.

En el Black Course del Bethpage State Park, en Farmingdale (Nueva York), McIlroy, reciente ganador del PGA Championship, y Woods, en procura de recuperar el trono de número uno mundial, pasaron ‘de agache’ en el primero de los cuatro capítulos de los ‘playoffs’. El europeo pareció engranado y terminó igualado en la casilla 24, con acumulado de 283 golpes (-1), a 9 de Nick Watney, el sorpresivo ganador. Woods, por su parte, tuvo un domingo para olvidar, especialmente en los últimos 9 hoyos, de los que salió con un inesperado +5 que lo mandó al puesto 38 de la clasificación.

Watney, que cumplía una pálida campaña hasta ahora en 2012, con solo tres Top-10 en 21 presentaciones, logró la quinta victoria de su trayectoria en el PGA Tour tras aprovechar el nuevo colapso del español Sergio García, ganador de la semana anterior, que volvió a sucumbir producto de sus altibajos. Cerró con un 75 (+4) con apenas un ‘birdie’ en ese último recorrido, muy poco para poder aspirar a la victoria. El ibérico terminó de tercero, a 4 golpes de la punta, igualado con Dustin Johnson, que defendía la corona lograda en este torneo 12 meses atrás.

Dado que el esperado duelo Woods-McIlroy se quedó en veremos, la temperatura de la definición del The Barclays se desplomó de un solo tajo. Watney, un muy buen jugador que enriquece su meritoria trayectoria profesional con esta victoria, es de aquellos que poco o nada les transmite a los aficionados con su juego, por metódico y eficaz que este sea. Entonces, y gracias a los ribetes históricos que rodearon su conquista, todos los ojos del planeta golf, medios de comunicación incluidos, se trasladaron al Vancouver Golf Club de Coquitlam, en Canadá.

El pasado 12 de agosto ganó el U.S. Women's Amateur.
Allí, en ese campo par 72 de 6.681 yardas de longitud, la amateur Lydia Ko forjó un triunfo que, más allá de lo que logre en el resto de su carrera deportiva, ya le garantizó un lugar en los libros de historia. Ko, que fue bautizada como Bogyung, nació en Corea del Sur el 24 de abril de 1997, pocos días después de que Tiger Woods se puso su primera Chaqueta Verde como campeón del Masters de Augusta. A los 4 años su familia se trasladó a North Harbour, en la provincia de Auckland, en Nueva Zelanda, país al que representa en la actualidad.

Desde pequeña mostró un talento superlativo, pero fue en enero pasado cuando, por primera vez, su nombre apareció en las páginas deportivas de los principales periódicos del mundo. Fue porque, con 14 años y 8 meses, se adjudicó los honores del New South Wales Open, torneo válido por el circuito femenino de Australia. En aquella ocasión, Ko sumó 202 golpes (-14) en los 54 hoyos disputados en el par 72 del Oatlands Golf Club de Sídney y superó por 4 a la galesa Becky Morgan, primera profesional del listado. Adornó su éxito con un fantástico 64 (-8) el segundo día para establecer distancias que después hizo respetar.

Con ese triunfo, Ko marcó un hito en el golf orbital al convertirse en la golfista más joven en ganar un torneo profesional. La marca vigente hasta entonces estaba en poder del japonés Ryo Ishikawa, que a los 15 años y 8 meses, es decir, un año mayor que la surcoreana, se había impuesto en el Japan Open de su país. Un año antes, en el mismo New South Wales Open, Ko dejó escapar la victoria al errar un corto ‘putt’ en el ‘green’ del hoyo 18; los honores, entonces, recayeron en la sueca Caroline Hedwall. “Es algo espectacular. No sé muy bien qué decir. Estoy muy contenta y formar parte de la historia de esta manera es un milagro. He luchado mucho desde que llegué a Nueva Zelanda y comencé con el golf para conseguir esto”, fue lo único que atinó a decir en esa ocasión.

Luego, en el U.S. Women’s Open que se disputó en el Championship Course del Blackwolf Run de Kohler (Wisconsin) a comienzos de julio, y que fue ganado por su compatriota Na Yeon Choi, también se hizo mencionar. La adolescente no logró rebajar el par de la cancha, tampoco tuvo un fin de semana productivo, pero igual así, empatada en la casilla 39, obtuvo el trofeo destinado a la mejor amateur de la cita. Superó a jugadoras como Stacy Lewis, número uno de la lista de ganancias; Karrie Webb, leyenda viviente del golf profesional femenino y múltiple ganador ‘Major’; y la taiwanesa Yani Tseng, por entonces la mejor golfista del planeta y ganadora de tres citas esta temporada.

El pasado domingo 12 de agosto, es decir, hace apenas dos semanas, Ko volvió a aparecer en las primeras planas de los diarios tras conquistar el título del U.S. Women’s Amateur Championship. Al cabo de 35 hoyos disputados en el Country Club de Cleveland (Ohio), superó por 3up a la estadounidense Jaye Marie Green, la misma que en la ronda de octavos de final sacó a la colombiana Lisa McCloskey (2up). En 2011, Ko había ganado la clasificación de ese mismo torneo, pero fue eliminada en el tercer partido del cuadro de match por la hawaiana Stephanie Kono, hoy novata del LPGA Tour.

En enero pasado ganó el New South Wales Open en Australia.
A pesar de ser el certamen aficionado más importante del mundo, esa victoria no alcanzó la trascendencia que podría esperarse. Sin embargo, Ko obtuvo revancha el pasado domingo en territorio canadiense. Hasta allí llegó como una de las invitadas de los patrocinadores, en virtud de su sensacional hoja de vida. Arrancó con un 68 (-4) que la dejó de tercera, a 2 impactos de Tseng, que parecía volver por sus fueros. Fue solo hasta que se recorrieron los primeros 36 hoyos del torneo que se hizo mencionar con fuerza: repitió el -4 y quedó en lo más alto del tablero de posiciones.

Aunque bajó el ritmo en la tercera ronda, con un par cancha, se mantuvo como líder y se convirtió en el gran atractivo para la última jornada del certamen. Como si se tratara de una experimentada profesional, de una consumada ganadora, transitó esos 18 hoyos finales casi sin sobresaltos. Un ‘bogey’ en el par 3 del hoyo 7 no manchó un recorrido que rozó la perfección y en el que brillaron siete ‘birdies’. Inclusive, pudo cerrar su histórica actuación con una nueva equivocación y así y todo superó a su compatriota Inbee Park por 3 golpes.

Lo más insólito de su victoria es que prácticamente ni se inmutó. Con la misma tranquilidad que se le observó en el campo de juego, Ko asumió la premiación y atendió a los medios de comunicación. En la rueda de prensa, sorprendió a los periodistas al afirmarles que no tiene el menor afán en pasar a las filas profesionales y que se enfocará en terminar su bachillerato antes de ingresar a las aulas universitarias. Le gustaría hacerlo en Stanford University, el mismo centro educativo en el que estuvo Michelle Wie, su ídolo, pero también contempla las propuestas que recibió de UCLA y Pepperdine. Cuando le preguntaron si no le daba algo de dolor no haber podido reclamar el cheque por 300 mil dólares destinados a la ganadora, volvió a dejarlos desconcertados a todos: “esto no cambia ni altera las raíces de mi carrera”, respondió. Es que Ko fue beneficiada por una buena tajada (nunca especificada) de la fortuna del octogenario hombre de negocios neocelandés David Levene, estimada en 225 millones dólares, que la apadrina desde hace un tiempo.

Es, sin duda, una vida de novela con una trama que está todavía por desenredar. La más joven ganadora de la historia del LPGA Tour era la estadounidense Alexis Thompson, que el año pasado, con 16 años, 7 meses y 8 días, triunfó en el Navistar LPGA Classic, una marca que Ko se encargó de pulverizar el pasado domingo, a los 15 años, 7 meses y 8 días. Las otras jugadoras amateur que ganaron en el circuito femenino estadounidense fueron Polly Riley (Tampa Open, de 1950), Pat O’Sullivan (Titleholders Championship de 1951), Caterine Lacoste (U.S. Women’s Open de 1967) y JoAnne Carner (Burdine’s Invitational de 1969). Una exclusiva lista en la que ahora Lydia Ko, una estrella naciente, brilla con luz propia.

Hasta la próxima…

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