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Bill Haas defenderá el título conquistado el año anterior en la FedEx Cup (fotos: PGA Tour.com) |
Con un
sabor agridulce para Colombia, por la ausencia de Camilo Villegas, este jueves
se inicia la más apasionante etapa de la temporada del PGA Tour: los ‘playoffs’
de la FedEx Cup. Por primera vez desde que se creó la fase de postemporada, con
el fin de darle un mayor interés a esta etapa de la campaña, el golfista
colombiano no participará: terminó el calendario regular, compuesto por 37
torneos, en el puesto 148 del listado de puntos, a 96 unidades de Jason Bohn,
que se acreditó el último cupo, el número 125.
Los ‘playoffs’
fueron creados en 2007 como respuesta a una vieja inquietud del PGA Tour y de
los propios jugadores: ¿cómo mantener vivo el interés de los aficionados y de
los medios de comunicación en los meses de septiembre y octubre, una vez
terminada la temporada de ‘Majors’? Tras muchas vueltas y análisis, los
directivos del circuito, los golfistas, periodistas y hasta voceros de los
patrocinadores acordaron este esquema, una suerte de copia de la postemporada
de deportes como baloncesto, hockey y béisbol, los favoritos en el corazón de
los aficionados estadounidenses.
En épocas
en las que anteriormente los mejores jugadores del mundo estaban en plan de
descanso, pensando en la preparación para afrontar la siguiente campaña, había
que encontrar incentivos suficientes para involucrarlos y garantizar su
presencia en las cuatro citas. Entonces, se diseñó un esquema multimillonario
que nadie en sus cabales podía rechazar: como se recuerda, el ganador de la
FedEx Cup recibe un premio de 10 millones de dólares; 3 millones se entregan de
inmediato en efectivo y el resto pasa a formar parte de un bono pensional que
le será entregado al jugador una vez cumpla los 45 años. En total, se reparten
35 millones de dólares entre los primeros 150 jugadores de la lista por puntos
de la temporada regular.
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El trofeo que espera al mejor de la postemporada del PGA Tour. |
Se trata de
un experimento que pegó desde el comienzo. Tanto a los jugadores, como a los
aficionados y a los medios de comunicación, les encantó la propuesta. Dado que
lo realizado hasta este punto de la temporada es apenas para alcanzar un cupo
en los ‘playoffs’, y el espíritu de que “cualquier jugador puede ganar” se
cumple al pie de la letra, el éxito
deportivo ha sido completo. Lo realizado por Villegas el año pasado en este
período de la campaña es muestra de que son reales las oportunidades para todos
los participantes.
Como se
recuerda, el antioqueño tenía comprometido su lugar en los ‘playoffs’, pero igualó en el noveno lugar en el Wyndham
Championship, último torneo de la temporada regular, y entró como la siembra
número 109. Fue sexto en el The Barclays y avanzó al puesto 51 de la tabla por
puntos, superando con creces el primer corte, que dejó en carrera a un centenar
de golfistas. Luego fue 25 del Deutsche Bank Championship y escaló hasta la
casilla 47. Concluyó su participación con el sexto puesto en el BMW
Championship y el 33 en la tabla general, fallando en su intento por jugar el
The Tour Championship.
Hoy, sin
embargo, el interés no está en la parte baja de la clasificación por puntos,
sino en la cima, como estaba planeado. Es por el duelo generacional entre Tiger
Woods, que anda en procura de recuperar el número uno del ranquin mundial y de rebasar
la barrera de los 100 millones de dólares en ganancias, y el norirlandés Rory
McIlroy, reciente campeón del PGA Championship y llamado a marcar el paso de la
camada de jóvenes que pide paso a punta de triunfos. El estadounidense llega
como siembra número 1 y el europeo, como la número 3, con Jason Dufner haciendo
el papel de jamón del sánduche.
A pesar de
no haber podido ganar alguno de los ‘Majors’ y completar tres temporadas
consecutivas pasando en blanco en los ‘Grandes’, esta de 2012 es la mejor campaña
de ‘el Tigre’ desde que a finales de 2009 se destapó el escándalo de sus
infidelidades que le costó no solo su matrimonio con la modelo sueca Elin
Nordegren, sino también su trono en el golf mundial. Hoy, Tiger es número 3 del
orbe y llega a esta instancia con tres victorias en sus alforjas. La incógnita
radica en saber si podrá superar la irregularidad que se adueña de su juego,
especialmente sobre el ‘green’, en las rondas del fin de semana, tal y como le
ocurrió en las citas más importantes de los últimos meses.
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Rory McIlroy y Tiger Woods, un fantástico duelo generacional. |
Si Woods
termina entre los 9 mejores este fin de semana en el Black Course (par 71 de
7.468 yardas) del Bethpage State Park de Farmingdale (Nueva York) será noticia
obligada: se convertirá en el primer golfista de la historia capaz de alcanzar
la increíble barrera de los 100 millones de dólares en ganancias; le faltan
225.300 dólares nada más. Ese objetivo, sin embargo, es apenas una especia de
meta volante para Tiger, que persigue objetivos más trascendentales. Si bien lo
suyo es hacer historia quebrando la marca de 18 ‘Majors’ atesorados por Jack
Nicklaus, volver a coronarse en la FedEx Cup, que ya ganó en 2007 en la edición
inaugural, significaría algo más que un premio de consolación.
‘El Tigre’
necesita un golpe sicológico contundente para recuperar la confianza, ese plus
que durante más de una década le permitió ser el rey absoluto de esa selva que
se llama PGA Tour. La mejor opción es celebrar por decimaquinta ocasión en un ‘Grande’,
pero ese momento se ha postergado, como mínimo, hasta el segundo fin de semana
de abril de 2013, cuando se dispute el Masters de Augusta. Entonces, en el
escalafón de prioridades, y de repercusión mediática, el segundo lugar es para
los ‘playoffs’ de la FedEx Cup, que como se sabe reúnen a todos los grandes
artistas del circuito estadounidense.
Como es
obvio, Woods arranca como el gran favorito, pero esta vez se trata de una
candidatura amenazada. Además de McIlroy, otros jugadores como Zach Johnson
(cuarto en la lista por puntos), Bubba Watson (quinto), Keegan Bradley
(octavo), Steve Stricker (décimo), Webb Simpson (decimotercero), Jim Fuyrk
(decimoséptimo) y Bill Haas (vigesimoprimero y campeón defensor) surgen como
legítimos aspirantes a la corona y al bono mayor. Todos ellos cuentan con
antecedentes positivos en esta parte de la campaña y han demostrado poseer la
consistencia necesaria para adjudicarse los honores.
El año
pasado, los cuatro vencedores de los ‘playoffs’ fueron Dustin Johnson (The
Barclays), Webb Simpson (Deutsche Bank Championship), Justin Rose (BMW
Championship) y Bill Haas (The Tour Championship), representantes de las nuevas
generaciones de profesionales. Ahora, sin embargo, los jugadores mayores, esos
mismos que supieron dominar la postemporada en las primeras cuatro ediciones,
esperan recuperar el trono y demostrar que mantienen intactas las ansias de
triunfo y el hambre de gloria. Es ahí donde el nombre de Tiger Woods, el rey de
la selva, aparece en boca de todos. ¿Se lo permitirá el cachorrito Rory
McIlroy?
Hasta la
próxima…
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