jueves, 23 de agosto de 2012

Duelo generacional en pos de la FedEx Cup


Bill Haas defenderá el título conquistado el año anterior en la FedEx Cup (fotos: PGA Tour.com)
Con un sabor agridulce para Colombia, por la ausencia de Camilo Villegas, este jueves se inicia la más apasionante etapa de la temporada del PGA Tour: los ‘playoffs’ de la FedEx Cup. Por primera vez desde que se creó la fase de postemporada, con el fin de darle un mayor interés a esta etapa de la campaña, el golfista colombiano no participará: terminó el calendario regular, compuesto por 37 torneos, en el puesto 148 del listado de puntos, a 96 unidades de Jason Bohn, que se acreditó el último cupo, el número 125.

Los ‘playoffs’ fueron creados en 2007 como respuesta a una vieja inquietud del PGA Tour y de los propios jugadores: ¿cómo mantener vivo el interés de los aficionados y de los medios de comunicación en los meses de septiembre y octubre, una vez terminada la temporada de ‘Majors’? Tras muchas vueltas y análisis, los directivos del circuito, los golfistas, periodistas y hasta voceros de los patrocinadores acordaron este esquema, una suerte de copia de la postemporada de deportes como baloncesto, hockey y béisbol, los favoritos en el corazón de los aficionados estadounidenses.

En épocas en las que anteriormente los mejores jugadores del mundo estaban en plan de descanso, pensando en la preparación para afrontar la siguiente campaña, había que encontrar incentivos suficientes para involucrarlos y garantizar su presencia en las cuatro citas. Entonces, se diseñó un esquema multimillonario que nadie en sus cabales podía rechazar: como se recuerda, el ganador de la FedEx Cup recibe un premio de 10 millones de dólares; 3 millones se entregan de inmediato en efectivo y el resto pasa a formar parte de un bono pensional que le será entregado al jugador una vez cumpla los 45 años. En total, se reparten 35 millones de dólares entre los primeros 150 jugadores de la lista por puntos de la temporada regular.

El trofeo que espera al mejor de la postemporada del PGA Tour.
Se trata de un experimento que pegó desde el comienzo. Tanto a los jugadores, como a los aficionados y a los medios de comunicación, les encantó la propuesta. Dado que lo realizado hasta este punto de la temporada es apenas para alcanzar un cupo en los ‘playoffs’, y el espíritu de que “cualquier jugador puede ganar” se cumple al  pie de la letra, el éxito deportivo ha sido completo. Lo realizado por Villegas el año pasado en este período de la campaña es muestra de que son reales las oportunidades para todos los participantes.

Como se recuerda, el antioqueño tenía comprometido su lugar en los ‘playoffs’,  pero igualó en el noveno lugar en el Wyndham Championship, último torneo de la temporada regular, y entró como la siembra número 109. Fue sexto en el The Barclays y avanzó al puesto 51 de la tabla por puntos, superando con creces el primer corte, que dejó en carrera a un centenar de golfistas. Luego fue 25 del Deutsche Bank Championship y escaló hasta la casilla 47. Concluyó su participación con el sexto puesto en el BMW Championship y el 33 en la tabla general, fallando en su intento por jugar el The Tour Championship.

Hoy, sin embargo, el interés no está en la parte baja de la clasificación por puntos, sino en la cima, como estaba planeado. Es por el duelo generacional entre Tiger Woods, que anda en procura de recuperar el número uno del ranquin mundial y de rebasar la barrera de los 100 millones de dólares en ganancias, y el norirlandés Rory McIlroy, reciente campeón del PGA Championship y llamado a marcar el paso de la camada de jóvenes que pide paso a punta de triunfos. El estadounidense llega como siembra número 1 y el europeo, como la número 3, con Jason Dufner haciendo el papel de jamón del sánduche.

A pesar de no haber podido ganar alguno de los ‘Majors’ y completar tres temporadas consecutivas pasando en blanco en los ‘Grandes’, esta de 2012 es la mejor campaña de ‘el Tigre’ desde que a finales de 2009 se destapó el escándalo de sus infidelidades que le costó no solo su matrimonio con la modelo sueca Elin Nordegren, sino también su trono en el golf mundial. Hoy, Tiger es número 3 del orbe y llega a esta instancia con tres victorias en sus alforjas. La incógnita radica en saber si podrá superar la irregularidad que se adueña de su juego, especialmente sobre el ‘green’, en las rondas del fin de semana, tal y como le ocurrió en las citas más importantes de los últimos meses.

Rory McIlroy y Tiger Woods, un fantástico duelo generacional.
Si Woods termina entre los 9 mejores este fin de semana en el Black Course (par 71 de 7.468 yardas) del Bethpage State Park de Farmingdale (Nueva York) será noticia obligada: se convertirá en el primer golfista de la historia capaz de alcanzar la increíble barrera de los 100 millones de dólares en ganancias; le faltan 225.300 dólares nada más. Ese objetivo, sin embargo, es apenas una especia de meta volante para Tiger, que persigue objetivos más trascendentales. Si bien lo suyo es hacer historia quebrando la marca de 18 ‘Majors’ atesorados por Jack Nicklaus, volver a coronarse en la FedEx Cup, que ya ganó en 2007 en la edición inaugural, significaría algo más que un premio de consolación.

‘El Tigre’ necesita un golpe sicológico contundente para recuperar la confianza, ese plus que durante más de una década le permitió ser el rey absoluto de esa selva que se llama PGA Tour. La mejor opción es celebrar por decimaquinta ocasión en un ‘Grande’, pero ese momento se ha postergado, como mínimo, hasta el segundo fin de semana de abril de 2013, cuando se dispute el Masters de Augusta. Entonces, en el escalafón de prioridades, y de repercusión mediática, el segundo lugar es para los ‘playoffs’ de la FedEx Cup, que como se sabe reúnen a todos los grandes artistas del circuito estadounidense.

Como es obvio, Woods arranca como el gran favorito, pero esta vez se trata de una candidatura amenazada. Además de McIlroy, otros jugadores como Zach Johnson (cuarto en la lista por puntos), Bubba Watson (quinto), Keegan Bradley (octavo), Steve Stricker (décimo), Webb Simpson (decimotercero), Jim Fuyrk (decimoséptimo) y Bill Haas (vigesimoprimero y campeón defensor) surgen como legítimos aspirantes a la corona y al bono mayor. Todos ellos cuentan con antecedentes positivos en esta parte de la campaña y han demostrado poseer la consistencia necesaria para adjudicarse los honores.

El año pasado, los cuatro vencedores de los ‘playoffs’ fueron Dustin Johnson (The Barclays), Webb Simpson (Deutsche Bank Championship), Justin Rose (BMW Championship) y Bill Haas (The Tour Championship), representantes de las nuevas generaciones de profesionales. Ahora, sin embargo, los jugadores mayores, esos mismos que supieron dominar la postemporada en las primeras cuatro ediciones, esperan recuperar el trono y demostrar que mantienen intactas las ansias de triunfo y el hambre de gloria. Es ahí donde el nombre de Tiger Woods, el rey de la selva, aparece en boca de todos. ¿Se lo permitirá el cachorrito Rory McIlroy?

Hasta la próxima…

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