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La primera vez de Tiger Woods, en el Las Vegas Invitational de 1996 (imágenes tomadas de Internet) |
962.060
dólares. Esa es la cifra que le falta a Tiger Woods para escribir otra página
dorada en el libro de historia del golf. Tan pronto acredite esa cantidad, se
convertirá en el primer golfista de todos los tiempos en alcanzar la barrera de
los ¡100 millones de dólares en ganancias! Para algunas disciplinas del
superprofesionalizado mundo del deporte en Estados Unidos, como hockey,
baloncesto y béisbol, ese es el salario anual de una de sus superestrellas, o
el valor de un contrato multianual, pero en el caso del golf es algo sin
precedentes.
Tras la
victoria del pasado fin de semana en el AT&T National, torneo del que es el
anfitrión, Woods llegó a 99’037.940 dólares al cabo de 285 participaciones en
el PGA Tour, de las cuales 74 significaron sendas celebraciones en el círculo
de los ganadores. Un logro insólito que está al alcance de la mano y que, la
verdad sea dicha, debió haberse dado algunos meses antes, de no haber mediado
los inconvenientes personales que perjudicaron el nivel de juego que todos
conocemos y admiramos. Ahora, entonces, se trata de una cuenta regresiva para
saber cuándo será ese cuándo, el día en que ‘el Tigre’, fiel a su estilo, haga
algo inédito en el circuito estadounidense.
Empeñado
como nunca en cumplir el objetivo que le trazó su fallecido padre, aquel de ser
el golfista más grande de la historia, Woods pisa el acelerador y vuelve a ser
el gran protagonista de este deporte en todo el planeta. Con el trofeo que alzó
el domingo pasado en el Congressional Country Club, de Bethesda (Maryland), su
colección llegó a 74 y, como se sabe, superó al gran Jack Nicklaus en la lista
de los más ganadores de todos los tiempos en el PGA Tour. Hasta ese momento,
estos dos monstruos del deporte compartían el segundo lugar, solo superados por
Sam Snead, que contabiliza 82 coronas.
Si bien
algunos se esfuerzan por restarle méritos a esa estadística, Tom Watson, décimo
del listado con 39 triunfos (comparte el lugar con Cary Middlecoff), terció en
la polémica y lo hizo, claro, a favor de Woods. Esta semana, en la antesala del
The Greenbrier Classic, dijo que para él la cantidad de victorias acumuladas es
tan significativa, o más, que el número de ‘Majors’ ganados. Con esos 74 éxitos,
‘el Tigre’ ya superó no solo a Nicklaus, sino también a leyendas como Ben Hogan
(64), Arnold Palmer (62), Byron Nelson (52), Billy Casper (51) y Walter Hagen
(45). De los jugadores activos, los que más cerca están, por decirlo de alguna manera,
son el zurdo Phil Mickelson (40 victorias, noveno puesto) y el fijiano Vijay
Singh (34).
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Sam Snead, el más ganador del PGA Tour. |
Aunque,
como se dijo, esa cifra de 100 millones de dólares en ganancias es algo común
en este mundo moderno, gracias a los multimillonarios contratos publicitarios,
pero resulta increíble cuando se habla de ganancias acumuladas en el campo de
juego. Por ejemplo, el pasado 19 de junio la prestigiosa revista Forbes publicó
los nombres de los deportistas que más dinero percibieron el año pasado por
ambos rubros, un listado que Woods encabezó repetidamente desde 2001. La
noticia fue que ‘el Tigre’ cayó al tercer lugar, con solo 59,4 millones de
dólares, mientras que el nuevo número uno fue el boxeador estadounidense Floyd ‘Money’
Mayweather, con 85 millones. Segundo figuró otro pugilista: el filipino Manny
Pacquiao, con 62 millones. En otras palabras, esa cantidad se consigue ‘con
facilidad’.
Por otro
lado, no sobra recordar qué cifras se movían en el PGA Tour en 1996, cuando
Tiger Woods salió de las aulas de la Universidad de Stanford, en su natal
California, y se volvió jugador profesional para revolucionar el mundo del
golf. Por ejemplo, al término de la temporada 1995, justo antes del comienzo de
esta era, el número uno del PGA Tour era el australiano Greg Norman, que sumaba
9,6 millones de dólares a lo largo de su exitosa trayectoria. Esa cantidad fue
superada por Woods cuatro veces en temporadas simples (2005, 2006, 2007 y 2009).
Así mismo, el líder de ganancias del circuito estadounidense en 1996 fue Tom
Lehman, con 1,78 millones de dólares, que es un poco más de lo que percibe el
campeón del The Players Championship, el torneo que más plata reparte: 9,5
millones de dólares, de los cuales 1,71 millones son para el ganador.
Otra
comparación nos puede dar luces de cómo
se ha transformado el PGA Tour a lo largo de los años: Jack Nicklaus, el gran ‘Oso
Dorado’, vencedor de 73 torneos, 18 de ellos ‘Majors’, sumó 5’734.031 dólares,
cifra que lo deja en un muy discreto puesto 211 de ganancias acumuladas en el
PGA Tour. Woods, por su parte, se demoró menos de tres años (de septiembre de
1996 a febrero de 1999) para superar ese techo. Inclusive, en 1999, cuando ganó
ocho torneos (solo un ‘Major’), atesoró 6,6 millones de dólares. Y otra más:
cuando Nicklaus obtuvo su primer triunfo, en el U.S. Open de 1962, se quedó con
un cheque por 17.500 dólares, toda una fortuna para ese momento. Woods, por su
parte, abonó a su cuenta corriente 297 mil dólares cuando venció a Davis Love
III en el primer hoyo del desempate por el título del Las Vegas Invitational,
en 1996.
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La celebración del domingo en el AT&T National. |
Está claro que
el gran responsable de esa explosión millonarios del PGA Tour es, precisamente,
Tiger Woods. Su meteórica irrupción en el circuito motivó a los patrocinadores
y, como espuma, crecieron a niveles insospechados los montos de las bolsas y
los niveles de audiencia de las transmisiones por televisión. Por eso, por
ejemplo, hay jugadores comunes y corrientes como Jeff Sluman, Charles Howell
III, Stephen Ames y Chad Campbell que acreditan ganancias que triplican lo
ganado por Nicklaus a lo largo de su carrera, y no estamos hablando de
superestrellas o de los que ganan 4 o 5 torneos cada temporada.
Antes de
que Woods lo hiciera en 1997, ningún jugador había ganado más de 2 millones de
dólares en una sola temporada: esa vez, ‘el Tigre’ sumó 2,066 millones. Mientras,
en 2009, con un Woods de capa caída, hubo 38 jugadores que rebasaron esa barrera
(récord para el circuito). No hay argumentos para afirmar que Tiger Woods sea
el único responsable de esta explosión, pues muchísimos jugadores han aportado
su granito de arena y la invención de la Internet también cambió la forma de
difundir el deporte. Sin embargo, está claro que su influencia ha sido vital,
como quedó demostrado el pasado domingo, en el cierre del AT&T National.
A comienzos
de la semana, la cadena CBS, dueña de los derechos de transmisión de los
torneos del PGA Tour, reportó un incremento de la audiencia increíble: subió el
¡¡¡188 por ciento!!! en relación con la ronda final del año pasado, cuando el
título lo definieron Nick Watney y K.J. Choi. Los espectadores se pegaron a los
televisores especialmente entre 6:30 y 6:45 de la tarde, justamente a la hora
en la que Woods aseguraba el torneo. No cabe duda de que Woods es de los pocos
golfistas capaz de ‘moverles la aguja’ a los aficionados y capturar su atención
producto de la magia de sus golpes. Mientras le llega el momento de volver a
celebrar en un ‘Major’, ‘el Tigre’ le sube la temperatura al circuito y, fiel a
su tradición, establece marcas.
Hasta la
próxima…
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