lunes, 2 de julio de 2012

Cada día se parece más a Tiger Woods


Tiger Woods ya es el #! de la FedEx Cup-2012 (fotos tomadas de PGA Tour.com)
Rodeado de esos héroes militares a los que tanto aprecia, a los que honra durante el AT&T National, el torneo del que es anfitrión, Tiger Woods vivió otro domingo de gloria. Fue su tercera victoria de la temporada (antes lo había hecho en el Arnold Palmer Invitational y en el the Memorial Tournament), la número 74 de su trayectoria en el PGA Tour y, sobre todo, la confirmación de que el Tiger Woods de antaño, el temible, el implacable, el devorador de récords, está cada vez más cerca de regresar.

Esta vez no hubo tiros espectaculares, como aquel ‘chip’ del hoyo 16 en el the Memorial, aunque volvió a pegar como un relojito: con abrumadora precisión. Y, lo mejor, de nuevo su ‘putt’ estuvo afinado, certero en los momentos que lo requirió, como su gran aliado para conservar la confianza. Tampoco fue una victoria arrolladora, pues apenas se impuso por dos impactos sobre Bo van Pelt, con el que estaba igualado cuando se pararon en el ‘tee’ del hoyo 17, tras anotar sendos ‘bogeys’ en el par 5 del 16. Sin embargo, dos nuevas equivoaciones de Van Pelt sellaron de manera definitiva una victoria que estaba bien encaminada.

A pesar de todo ello, no fue una victoria más en el rico palmarés de ‘el Tigre’. Con este triunfo, dirimió el empate con Jack Nicklaus en la lista de los golfistas más laureados del PGA Tour en todos los tiempos. El ‘Oso Dorado’, su gran rival en los libros de historia del golf, se quedó en solitario en el tercer lugar, con 73 éxitos, mientras que Woods reanudó su rauda carrera en pos de las 82 celebraciones de Sam Snead. En esta, una de las estadísticas más importantes del deporte, por primera vez Tiger Woods superó el listó dejado por Nicklaus.

Para los aficionados al golf, los anunciantes, los organizadores del torneo y el propio circuito, tampoco fue un triunfo cualquiera. De hecho, la cadena CBS, propietaria de los derechos de televisión del PGA Tour, reportó un increíble aumento de la audiencia del ¡¡188 por ciento!! en relación con el año anterior. Esa vez, Nick Watney superó al surcoreano K.J. CHoi para apuntarse la segunda victoria de la campaña. Ahora, con el mejor golfista del mundo en plenitud, las mediciones registraron una audiencia de 4,6/10, con su punto más alto entre las 6:30 y las 6:45 de la tarde, justamente mientras Woods aseguraba su triunfo, con una marca de 6,8/14.

Se jugó en el Congressional CC, un campo muy difícil.
Lo más insólito de ese registro es que cientos de miles de televisores de los estados de Filadelfia, Baltimore y Ohio, además de Washington D.C., no pudieron entrar en la medición porque esos hogares habían sufrido los rigores del temporal del sábado y se encontraban sin energía eléctrica. Con todos esos aparatos prendidos, entonces, ¿hasta dónde hubiera podido ascender la audiencia? Es la mejor noticia para Tiger,  pero más para el PGA Tour y para los patrocinadores, que llevan dos años largos soportando la ausencia de una figura que jalone la audiencia, que capte la atención de los aficionados.

Con esta victoria, Woods ascendió al cuarto puesto del ranquin mundial, en clara demostración de que no se demora en regresar al sitio que bien supo ocupar durante tanto tiempo. Ya es número uno de la tabla de puntos de la FedEx Cup y también el primero en ganancias, dos de los escalafones que durante mucho tiempo fueron su reino particular. Fue el cuarto Top-10 de la campaña en 11 salidas, y la tercera victoria en las más recientes siete presentaciones. En otras palabras, cada día se parece más a ese gran Tiger Woods que tanto extrañamos, al que tanto añoramos.

A nivel estadístico, en 2012, contrario a lo que uno podría pensar, lo mejor de ‘el Tigre’ está sobre el ‘green’. De hecho, en este AT&T National nunca se ‘tripoteó’. Es 34 en distancia con el ‘driver’, 46 en ‘fairways’ acertados, 17 en ‘greenes’ en regulación y, quién lo creyera, noveno en ‘putts’ por ronda (28,0 en promedio). Como profesional, su promedio de victorias por torneos disputados es de 27,3 por ciento (74 triunfos en 271 salidas). Fue, además, la duodécima temporada en la que alcanzó al menos tres victorias, y el primer jugador capaz de sumar esa cantidad de éxitos en una campaña desde que Jim Furyk lo hizo en 2010. Fue la vigésima tercera ocasión que ganó viniendo de atrás, y la novena en doce ocasiones en las que arrancó la última ronda a un golpe del líder.

De cara al British Open, que se jugará desde el próximo jueves 19 en el Royal Lytham & St. Annes, de Lancashire (Inglaterra), hay un detalle que no puede pasar inavertido: el campo en el que se jugó. No sobra recordar que el Congressional Country Club de Bethesda (Maryland) fue escenario del U.S. Open de 2011 (cuando triunfó Rory McIlroy) y, en consecuencia, estaba preparado en unas condiciones superlativas, más allá de las exigencias normales de otros campos por los que transita el circuito. El promedio de golpes de la semana así lo confirma: 73,59 en la primera ronda; 73,30 en la segunda; 72,94 en la tercera (luego del vendaval que derribó árboles) y 73,05 en la cuarta. El campo, de 7.204 yardas de longitud, se jugó par 71.

Quizás no haya sido una de las victorias más brillantes de ‘el Tigre’, quizás sea uno de esos éxitos que se olvidan con rapidez, quizás no sea algo importante para su trayectoria (como lo dijo el comentarista Paco Alemán, para el que el récord de triunfos en todos los tiempos es secundario), quizás. Lo que es indiscutible es que, con la paciencia y la sapiencia que todos le conocemos, Tiger está construyendo lentamente ese gran campeón que a todos nos encanta. Esta semana estará otra vez en el campo para disputar el The Greenbrier Classic, en White Sulphur Springs (Virginia Occidental), y poco a poco se acerca la que los aficionados del mundo esperamos: la batalla por el ‘Claret Jug’.

Hasta la próxima…

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