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La reglamentación de Mini Tour de Caddies es un terrible 'shank'. |
Un nuevo
capítulo de la burda burla de la Federación Colombiana de Golf a los
profesionales, o a quienes aspiran a serlo algún día, acaba de cocinarse. Tal y
como ocurrió con el Abierto de Colombia y el Máster Profesional, torneos en los
que de manera descarada se les cerró la puerta a los jugadores nacionales que
de manera legal adquirieron su derecho, ahora el turno es por cuenta del mal
llamado Mini Tour de Caddies.
“Con el
ánimo de apoyar e incentivar a los jugadores caddies de los clubes y/o
jugadores independientes aspirantes a jugadores, (la Federación Colombiana de
Golf) ha creado la posibilidad para que estos jugadores tengan la oportunidad
de ingresar al Torneo Escuela Clasificatoria 2013”, reza en un párrafo, por
demás muy mal redactado, en la resolución 1447 expedida el pasado 3 de julio de
2012 y firmada por el presidente y el secretario de la junta directiva de la
entidad. En otro considerando se lee que “la Federación debe apoyar e
incentivar la práctica del deporte del golf en todo el territorio nacional
mediante la realización de torneos”.
Apoyar e incentivar
son los altruistas argumentos que motivan la creación de un ‘torneo’ que,
en plata blanca, no es más que otra burla al gremio de los jugadores
profesionales. Al estilo de las mejores obras de nuestros honorables
congresistas, esa resolución está llena de ‘micos’. Porque, la verdad sea
dicha, tras leer con atención el documento y a sabiendas del actuar de esta
administración, no se entiende cómo alguien con dos dedos de frente se come el
cuento de que se apoya e incentiva la práctica del golf de esta manera.
En lenguaje
común y corriente, ese famoso Mini Tour de Caddies (de paso, en la Fedegolf alguien
debería leer la Nueva Ortografía para saber cuál es la forma correcta de
escribir esa palabra) no es más que una ‘polla’. Sí, lo que en el deporte de
los bolos se llama una ‘virusa’: la reunión de un grupo de amigos que se ponen
de acuerdo para aportar una cuota que luego se reparten entre ellos mismos. La única
diferencia es que, fiel a su característica de “entidad sin ánimo de lucro”,
como se lo ordena la ley, la Fedegolf saca su tajada.
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Borroso es el horizonte del golf profesional en el país. |
El Mini
Tour de Caddies contempla cinco paradas entre los meses de julio y noviembre y
promete (ya sabemos todos qué ocurre con las promesas de la Fedegolf, como los
beneficios ofrecidos a los profesionales que pagaron su carné) otorgar cupos en
el Torneo Escuela Clasificatoria de 2013. El número máximo de participantes establecido
para cada una de las citas es de 90 jugadores y a los ocho mejores se les
otorgan puntos que se acumulan. Como gran novedad, y en clara muestra de la
generosidad de la junta directiva de la Fedegolf, se reparte una bolsa de ¡¡¡tres millones de pesos!!!
En otras
palabras, la Fedegolf cumple el mandato que le impone la ley y sus tan
cacareados apoyos y estímulos al golf profesional invirtiendo la astronómica
suma de ¡¡¡18 millones de pesos!!! Con esa estrategia, se espera que surjan
muchos Camilo Villegas. Algo heroico para una entidad que en la asamblea
ordinaria del pasado mes de abril acreditó ingresos por 6 mil millones de pesos
en 2011, lo que significa que de esa cantidad a los jóvenes que aspiran
convertirse en jugadores profesionales les destina el ¡¡¡0,003 por ciento de su presupuesto!!!
Tal cual
ocurre con casi todas las reglamentaciones expedidas por esta junta directiva,
la resolución 1447 incluye su trampa, su ‘orangután’. Los jugadores deben pagar
una inscripción de 50 mil pesos y una tarifa de cadi (así se escribe
correctamente la bendita palabrita) de 30 mil. De acuerdo con eso,
contabilizando costos de transporte (no se trata de golfistas que viajen en
carro particular) más refrigerio, cada parada le cuesta a un jugador no menos
de 100 mil pesos (y eso si no hay que comprar bolas, a lo mejor un guante…). A
la larga, entonces, acaso los cinco primeros logren salvar la inversión y deben
irse a casa conformes por haber recibido una parte de las migajas que la
generosa junta directiva de la Fedegolf ha dispuesto.
Con cupo
completo de 90 jugadores, la Fedegolf recibe 4,5 millones de pesos por
inscripciones. Es decir, sin mover un dedo, del bolsillo de los cadis se queda
con 1,5 millones por parada, o 7,5 millones a lo largo del famoso Mini Tour.
Entonces, las astronómica inversión de 18 millones de pesos para apoyar e
incentivar la práctica del golf profesional en Colombia se reduce a ¡¡¡10,5
millones de pesos!!! durante este año. Bonito ‘mico’. Que nadie se llame a
engaños y que los jugadores que decidan participar en ese torneo sepan, desde
un comienzo, que como en el caso de los jugadores profesionales asistirán a una
‘polla’ organizada por la Fedegolf. Ni más ni menos.
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Lo que en realidad se jugará es una 'polla'. |
Un ejemplo:
los jugadores que ocupen la séptima y octava posiciones recibirán un jugosísimo
premio de 100 mil pesos. Eso, menos 50 mil de inscripción, menos 30 mil de
cadi, da 20 mil de ganancia neta. Sin comer ni beber a lo largo del día (salvo
que lleve mecato en la talega), y sin tener en cuenta el costo del transporte. Eso,
en buen romance, significa que de los 90 potenciales participantes, que le
dejan una tajada de 1,5 millones de pesos por cada para a la Fedegolf, habrá
mínimo 84 que terminan con pérdidas. Como ocurre en los torneos oficiales, en
los que los jugadores se sacrifican estérilmente.
Al final
del año, al gran campeón se le promete (sin garantía de cumplimiento) una
réplica del trofeo y los cinco primeros en la tabla de puntajes recibirán un
premio indeclinable: cupo en el Torneo Escuela Clasificatoria. No queda claro,
sin embargo, si eso implica que no les cobrarán la inscripción, o la entidad
sin ánimo de lucro seguirá echando mano de los de menos recursos para aceitar
su obsoleta maquinaria. Además, a los tres mejores se les promete (está claro
que resulta incierto si se les va a cumplir) una “asesoría técnica bajo la
dirección profesional del campo de práctica de la Fedegolf durante un año”. Esa
bendita asesoría técnica consiste en ¡¡¡una
clase mensual!!! A ese paso, necesitará varias décadas para completar su
proceso de formación.
No debería
extrañarnos esta nueva jugarreta sucia de la junta directiva de la Fedegolf en
contra de los jugadores profesionales, o de quienes aspiran a serlo, pues de
sobra conocemos su talante. Si bien es cierto que desde hace muchos años (al
menos un lustro, para no ir muy lejos) el golf colombiano exigía a gritos un
torneo que les brindara posibilidades a los cadis, es vergonzoso este chorro de
babas de la Fedegolf. Como quedó dicho en un principio, una burda burla contra
el gremio. Esta vez, sin embargo, el descaro de los directivos sobrepasó todos
los límites de la decencia. Sin necesidad de resoluciones cargadas de ‘orangutanes’,
hay particulares que, desde hace varios años, organizan torneos para cadis en
mejores condiciones y con mejores premios. ¡El colmo!
Hasta la
próxima…
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