viernes, 13 de julio de 2012

El Mini Tour de Caddies, un torneo con ‘orangutanes’


La reglamentación de Mini Tour de Caddies es un terrible 'shank'.
Un nuevo capítulo de la burda burla de la Federación Colombiana de Golf a los profesionales, o a quienes aspiran a serlo algún día, acaba de cocinarse. Tal y como ocurrió con el Abierto de Colombia y el Máster Profesional, torneos en los que de manera descarada se les cerró la puerta a los jugadores nacionales que de manera legal adquirieron su derecho, ahora el turno es por cuenta del mal llamado Mini Tour de Caddies.

“Con el ánimo de apoyar e incentivar a los jugadores caddies de los clubes y/o jugadores independientes aspirantes a jugadores, (la Federación Colombiana de Golf) ha creado la posibilidad para que estos jugadores tengan la oportunidad de ingresar al Torneo Escuela Clasificatoria 2013”, reza en un párrafo, por demás muy mal redactado, en la resolución 1447 expedida el pasado 3 de julio de 2012 y firmada por el presidente y el secretario de la junta directiva de la entidad. En otro considerando se lee que “la Federación debe apoyar e incentivar la práctica del deporte del golf en todo el territorio nacional mediante la realización de torneos”.

Apoyar e incentivar son los altruistas argumentos que motivan la creación de un ‘torneo’ que, en plata blanca, no es más que otra burla al gremio de los jugadores profesionales. Al estilo de las mejores obras de nuestros honorables congresistas, esa resolución está llena de ‘micos’. Porque, la verdad sea dicha, tras leer con atención el documento y a sabiendas del actuar de esta administración, no se entiende cómo alguien con dos dedos de frente se come el cuento de que se apoya e incentiva la práctica del golf de esta manera.

En lenguaje común y corriente, ese famoso Mini Tour de Caddies (de paso, en la Fedegolf alguien debería leer la Nueva Ortografía para saber cuál es la forma correcta de escribir esa palabra) no es más que una ‘polla’. Sí, lo que en el deporte de los bolos se llama una ‘virusa’: la reunión de un grupo de amigos que se ponen de acuerdo para aportar una cuota que luego se reparten entre ellos mismos. La única diferencia es que, fiel a su característica de “entidad sin ánimo de lucro”, como se lo ordena la ley, la Fedegolf saca su tajada.

Borroso es el horizonte del golf profesional en el país.
El Mini Tour de Caddies contempla cinco paradas entre los meses de julio y noviembre y promete (ya sabemos todos qué ocurre con las promesas de la Fedegolf, como los beneficios ofrecidos a los profesionales que pagaron su carné) otorgar cupos en el Torneo Escuela Clasificatoria de 2013. El número máximo de participantes establecido para cada una de las citas es de 90 jugadores y a los ocho mejores se les otorgan puntos que se acumulan. Como gran novedad, y en clara muestra de la generosidad de la junta directiva de la Fedegolf, se reparte una bolsa de ¡¡¡tres millones de pesos!!!

En otras palabras, la Fedegolf cumple el mandato que le impone la ley y sus tan cacareados apoyos y estímulos al golf profesional invirtiendo la astronómica suma de ¡¡¡18 millones de pesos!!! Con esa estrategia, se espera que surjan muchos Camilo Villegas. Algo heroico para una entidad que en la asamblea ordinaria del pasado mes de abril acreditó ingresos por 6 mil millones de pesos en 2011, lo que significa que de esa cantidad a los jóvenes que aspiran convertirse en jugadores profesionales les destina el ¡¡¡0,003 por ciento de su presupuesto!!!

Tal cual ocurre con casi todas las reglamentaciones expedidas por esta junta directiva, la resolución 1447 incluye su trampa, su ‘orangután’. Los jugadores deben pagar una inscripción de 50 mil pesos y una tarifa de cadi (así se escribe correctamente la bendita palabrita) de 30 mil. De acuerdo con eso, contabilizando costos de transporte (no se trata de golfistas que viajen en carro particular) más refrigerio, cada parada le cuesta a un jugador no menos de 100 mil pesos (y eso si no hay que comprar bolas, a lo mejor un guante…). A la larga, entonces, acaso los cinco primeros logren salvar la inversión y deben irse a casa conformes por haber recibido una parte de las migajas que la generosa junta directiva de la Fedegolf ha dispuesto.

Con cupo completo de 90 jugadores, la Fedegolf recibe 4,5 millones de pesos por inscripciones. Es decir, sin mover un dedo, del bolsillo de los cadis se queda con 1,5 millones por parada, o 7,5 millones a lo largo del famoso Mini Tour. Entonces, las astronómica inversión de 18 millones de pesos para apoyar e incentivar la práctica del golf profesional en Colombia se reduce a ¡¡¡10,5 millones de pesos!!! durante este año. Bonito ‘mico’. Que nadie se llame a engaños y que los jugadores que decidan participar en ese torneo sepan, desde un comienzo, que como en el caso de los jugadores profesionales asistirán a una ‘polla’ organizada por la Fedegolf. Ni más ni menos.

Lo que en realidad se jugará es una 'polla'.
Un ejemplo: los jugadores que ocupen la séptima y octava posiciones recibirán un jugosísimo premio de 100 mil pesos. Eso, menos 50 mil de inscripción, menos 30 mil de cadi, da 20 mil de ganancia neta. Sin comer ni beber a lo largo del día (salvo que lleve mecato en la talega), y sin tener en cuenta el costo del transporte. Eso, en buen romance, significa que de los 90 potenciales participantes, que le dejan una tajada de 1,5 millones de pesos por cada para a la Fedegolf, habrá mínimo 84 que terminan con pérdidas. Como ocurre en los torneos oficiales, en los que los jugadores se sacrifican estérilmente.

Al final del año, al gran campeón se le promete (sin garantía de cumplimiento) una réplica del trofeo y los cinco primeros en la tabla de puntajes recibirán un premio indeclinable: cupo en el Torneo Escuela Clasificatoria. No queda claro, sin embargo, si eso implica que no les cobrarán la inscripción, o la entidad sin ánimo de lucro seguirá echando mano de los de menos recursos para aceitar su obsoleta maquinaria. Además, a los tres mejores se les promete (está claro que resulta incierto si se les va a cumplir) una “asesoría técnica bajo la dirección profesional del campo de práctica de la Fedegolf durante un año”. Esa bendita asesoría técnica consiste en ¡¡¡una clase mensual!!! A ese paso, necesitará varias décadas para completar su proceso de formación.

No debería extrañarnos esta nueva jugarreta sucia de la junta directiva de la Fedegolf en contra de los jugadores profesionales, o de quienes aspiran a serlo, pues de sobra conocemos su talante. Si bien es cierto que desde hace muchos años (al menos un lustro, para no ir muy lejos) el golf colombiano exigía a gritos un torneo que les brindara posibilidades a los cadis, es vergonzoso este chorro de babas de la Fedegolf. Como quedó dicho en un principio, una burda burla contra el gremio. Esta vez, sin embargo, el descaro de los directivos sobrepasó todos los límites de la decencia. Sin necesidad de resoluciones cargadas de ‘orangutanes’, hay particulares que, desde hace varios años, organizan torneos para cadis en mejores condiciones y con mejores premios. ¡El colmo!

Hasta la próxima…

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