lunes, 23 de julio de 2012

British Open: final con un libreto diferente


El campeón que nadie esperaba: Ernie Els ganó el British Open-2012 (fotos tomadas de Internet)
Dos contundentes razones de por qué el golf es un deporte que apasiona tanto se vivieron en la definición de la 141 edición del British Open Championship: el dolor y la dicha. El surafricano Ernie Els, que no hace muchos meses parecía más cerca del retiro que de una nueva victoria ‘Grande’, encontró premio a su juego agresivo y alegre de toda la semana y, sobre todo, a su inclaudicable fe: nunca dejó de creer que era posible. El australiano Adam Scott, que en el ‘tee’ del hoyo 15 tenía el torneo en sus manos, escribió una nueva versión del libreto de los finales tragicómicos en torneos deportivos.

‘Big Easy’, que ya había alzado la Jarra de Clarete hace una década (2002) y que también posee dos réplicas del trofeo del U.S. Open (1994 y 1997), tenía un buen presentimiento desde el día sábado. Cuando terminó esa tercera ronda, con una tarjeta de 68 impactos (-2), estaba a 6 golpes de Scott, que entregó una cifra idéntica. El paso por los primeros 9 hoyos del difícil campo del Royal Lytham & St. Annes Golf Club favorecía a Scott, que a pesar de haber anotado tres ‘bogeys’ en ese trayecto mantenía la ventaja. Tiger Woods, Brandt Snedeker y Graeme McDowell, los otros aspirantes antes de que se diera el primer golpe del día, poco a poco dilapidaban sus opciones.

Sin la brillantez que a uno le hubiera gustado, pero con la eficiencia que requería la ocasión, Scott sacaba provecho de los errores de sus rivales, de sus tiros acertados y de los consejos de su cadi Steve Williams, que cargando la talega de ‘el Tigre’ celebró el triunfo en 13 ‘Majors’. Ni siquiera los ‘birdies’ del surafricano en los hoyos 10 y 12, en los que se mostró como en sus mejores tiempos, hacían presagiar lo que estaba por ocurrir. Eran cuatro golpes de diferencia con seis hoyos por jugar en el trayecto más traicionero del campo, por lo que era improbable pensar que se iba a presentar un final como el que se dio. Esta vez la realidad superó a la ciencia ficción y nos deparó un libreto emocionante, apasionante.

Acertando ‘fairways’ y ‘greenes’ y asegurando pares, el australiano Scott marchaba firme hacia su primera corona ‘grande’. Inclusive, el ‘birdie’ en el hoyo 14, que neutralizó idéntico ‘score’ del surafricano en ese mismo lugar, lo dejaba en una situación inmejorable: cuatro golpes de ventaja con cuatro hoyos por jugar. Iban 68 hoyos del torneo y Adam Scott a lo largo de ese trayecto había brindado una lección de golf bien jugado, con tiros precisos, ‘putts’ oportunos y un perfecto control de su juego. Sin embargo, como el castillo de arena al que se le viene encima una ola inmensa, el australiano se derrumbó.


La suerte estaba echada para Adam Scott: falló el 'putt' decisivo.
No fueron errores lamentables como aquel del francés Jean Van de Velde, en el hoyo 18 de Carnoustie, en el British Open de 1999, ni un colapso doloroso como el del norirlandés Rory McIlroy el año pasado en la ronda final del Masters de Augusta, cuando perdió una ventaja de 4 golpes y firmó una tarjeta de 80 (+8) para abrirle la puerta del triunfo al surafricano Charl Schwartzel. Los de Adam Scott este domingo fueron ‘errores normales’, de aquellos que puede cometer cualquier golfista. Inclusive, algunos fueron tiros con alguna dosis de mala suerte, como si por ahí estuviera escrito que la historia iba a cambiar de manera inesperada.

Mientras Els soportaba con estoicismo su falta de acierto sobre el ‘green’, Scott vivió su calvario: cerró con cuatro ‘bogeys’ consecutivos, todos producto de al menos un tiro malo en cada hoyo. “Estoy muy decepcionado porque lo tenía (el trofeo) en las manos, pero me las arreglé para echarlo todo a perder”, se lamentó el australiano sin poder ocultar su tristeza. “Estoy bastante desilusionado porque jugué demasiado bien durante toda la semana, así que no debería permitir que esto me deprima”, continuó. Con la misma entereza que jugó los primeros 14 hoyos del día, y los 54 anteriores, Scott enfrentó a la prensa, pero no pudo explicar qué fue lo que ocurrió. Sobre el ‘green’ del 18, luego de sortear un mal tiro de salida, tuvo la oportunidad de, como consuelo, forzar un desempate. Pero, a diferencia de lo ocurrido en todo el torneo, su ‘putt’ desde poco más de dos metros pasó rozando el borde izquierdo del hoyo y le entregó la victoria a Els.

“No puedo negar que estoy muy feliz, pero también muy sorprendido por lo que pasó y triste por lo que le tocó vivir a mi amigo Adam”, dijo Els desde el ‘putting green’, donde esperaba la definición. “El año pasado pasé por un pozo bastante grande. Sin embargo, desde el inicio de esta temporada empecé a ver algunos signos de mejoría. Siento que mi juego vuelve a ser competitivo”, agregó el surafricano. “Todavía no soy consciente, probablemente me llevará unos cuantos días, porque no he estado en esta posición desde hace 10 años. Es una locura haber llegado aquí”, afirmó. “Por alguna razón, desde la víspera sentía que algo bueno iba a suceder”, dijo con tono de incredulidad.

A lo largo de la semana, mientras sus rivales desplegaban estrategias conservadoras, respetando de más el campo, temiendo por sus represalias, Els marcó la nota distinta. Siempre fue agresivo, puso a jugar el ‘driver’ mucho antes que todos los demás y le apostó a la victoria con un juego alegre. A pesar de eso, los continuos fallos con el ‘putter’ le impidieron dar la pelea desde más cerca, hasta que Scott le abrió la puerta. Mientras desde un búnker el australiano discutía con su cadi cómo salvar el torneo, ‘Big Easy’ por fin embocó con firmeza, por el centro del hoyo, en el ‘green’ del 18. La ovación del público fue atronadora y, sin duda, le metió más presión al todavía líder de la clasificación.

Tiger echó mano de todos sus recursos, pero no pudo ganar.
El tiro de aproximación de Scott fue muy bueno, pues le dejó abierta la posibilidad de forzar un desempate, programado al mejor en los hoyos 1-18-1-18. Pero, faltaba la última sorpresa: Scott falló de manera increíble (había metido ese mismo ‘putt’ sin dudar a lo largo de la semana) y firmó un ‘bogey’, el cuarto consecutivo, que consagró a Els como el gran campeón de este British Open de 2012. Es el decimoquinto ganador distinto desde que el irlandés Padraig Harrington venció en los dos últimos ‘Majors’ de 2008, aunque apenas el tercero mayor de 40 años y con otras coronas ‘grandes’ en su palmarés (los otros fueron Ángel Cabrera y Phil Mickelson).

Tiger, que parecía embalarse tras los ‘birdies’ de los hoyos 10 y 12 (los mismos que impulsaron a Els), se hundió con errores sucesivos en las banderas 13, 14 y 15. Perdió el control de sus tiros y aplazó una nueva celebración. Su opción, sin embargo, había sufrido un terrible golpe antes, cuando firmó un triple ‘bogey’ en el hoyo 6, el mismo al que le había anotado sendos descuentos en las tres rondas previas. Woods terminó igualado en la tercera casilla con su compatriota Brandt Snedeker, líder de los primeros 36 hoyos, y recuperará el segundo lugar del rankin mundial. Acumula 17 ‘Majors’ sin pasar por el círculo de los ganadores y, a pesar de las irregularidades de su juego este domingo, cada vez parece estar más cerca de un nuevo triunfo en estos torneos.

No hubo ese viento capaz de desquiciar al más paciente de los participantes, tampoco se cumplieron los pesimistas vaticinios de los meteorólogos que pronosticaban lluvia y frío (de hecho, salió el sol y en verdad pareció verano) y solo el ‘rough’ y uno que otro de los más de 200 temibles búnkeres de la cancha se encargaron de pasarles costosas cuentas de cobro a aquellos que se atrevieron a retarla o, sencillamente, tuvieron mala suerte o cometieron errores. No fue un British Open con el libreto tradicional y, quizás por eso, fue un torneo apasionante. Cuando todo parecía perdido, cuando se acababan los hoyos y había muy pocas opciones, a Ernie Els se le abrió una puerta y no desaprovechó la oportunidad. Esta vez, más que nunca, fue cierto aquello de que nadie gana antes de que la última bola entre al último hoyo…

Hasta la próxima…

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