![]() |
Webb Simpson fue el mejor del fin de semana (imágenes tomadas de internet) |
No fue
Tiger. Ni McDowell ni Els ni Furyk ni Harrington ni Dufner. El nuevo rey del
U.S. Open Championship, que cumplió su edición 112 en el temido campo del The
Olympic Club, en San Francisco (California), fue Webb Simpson. No ganó uno de
los favoritos, pero decir que hubo sorpresa es amañar la verdad. Porque si bien
se trata de un jugador joven (26 años) con apenas 107 torneos del PGA Tour
disputados antes de este fin de semana, sería mentira argumentar que es un
desconocido o uno de esos jugadores que vivió un fin de semana de ensueño y
luego pasará rápidamente al olvido.
Simpson no
estaba entre los favoritos porque su temporada 2012 había sido discreta hasta
el momento y porque venía de fallar el corte en sus dos más recientes salidas
(The Players Championship y the Memorial Tournament). Acreditaba tres Top-10 (tercero del Hyundai
Tournament of Champions, octavo del Waste Management Phoenix Open y cuarto del
Wells Fargo Championship). En el Masters de Augusta, si bien jugó las
cuatro rondas, ocupó un puesto 44 que no permitió que su nombre se mencionara.
Sin embargo, este jugador nacido en Raleigh (Carolina del
Norte) y graduado de Religión en Wake Forest University en 2008 fue uno de los
más destacados de la pasada temporada del PGA Tour. De hecho, no sobra
recordarlo, peleó palmo a palmo el título de Jugador del Año, honor que
finalmente recayó en el inglés Luke Donald. Disputó 26 torneos, ganó dos, fue
segundo en tres ocasiones, sumó 12 Top-10 y solo estuvo por fuera del Top-25 en
cinco oportunidades. Con más de 6,3 millones de dólares recolectados y 2.745
puntos, fue segundo de la FedEx Cup.
Simpson llegó al PGA Tour a través del Q-School de 2008,
torneo en el que ocupó el séptimo puesto. En 2009, como novato, jugó 30 veces y
acreditó 4 Top-10, con el quinto puesto del Bob Hope Classic como mejor
figuración. Estuvo en tres de los cuatro certámenes de los ‘playoffs’ y terminó
de 62 en la FedEx Cup. En 2010 sufrió un bajó que pude considerarse normal: en
31 salidas, tuvo dos Top-10, pero fue eliminado en 18 ocasiones. En la FedEx
Cup fue puesto 82. Y en 2011, como quedó dicho, explotó y mostró todo su
potencial.
![]() |
En efecto, fue un test muy complicado para todos. |
El U.S. Open del año pasado fue su primer ‘Major’ y dejó
claro que posee pasta para jugar viene esta clase de torneos: ocupó la casilla
14. Refrendó con el puesto 16 en el British Open, aunque patinó en el PGA
Championship, en el que no superó el corte. Curiosamente, una semana después de
este percance logró su primer triunfo: fue en el Wyndham Championship, en
Greensboro, no lejos de su lugar de nacimiento. Con acumulado de 262 golpes
(-18), superó por 3 al zurdo George McNeill.
Enseguida, en el arranque de los ‘playoffs’, fue décimo del
The Barclays, con 200 impactos (-13); ganó Dustin Johnson (194, -19). Extendió
la buena racha al ganar el Deutsche Bank Championship tras superar en el segundo
hoyo del desempate a su compatriota Chez Reavie; ambos concluyeron con 269
golpes (-15). En los otros dos certámenes de los ‘playoffs’, fue quinto del BMW
Championship y 22 del The Tour Championship. Jugó dos citas de la Fall Series y
terminó de segundo en el The McGladrey Classic, superado en dos hoyos en la
muerte súbita por Ben Crane. Integró el equipo de Estados Unidos que ganó la
Presidens Cup (terminó invicto, con tres triunfos y dos empates).
Su arranque en San Francisco estuvo dentro de lo normal:
72-73 (+5), para ubicarse no lejos de los punteros. Sin embargo, lo mejor de su
juego afloró el fin de semana, justamente en los recorridos en los que los
favoritos y más experimentados cayeron como soldaditos de plomo: con sendas
anotaciones de 68 golpes (-2), llegó al club-house como líder, a la espera de
lo que pudieran hacer Harrington, Els, McDowell y Furyk. Fue el único con
números rojos sábado y domingo. Sentado frente al televisor y acompañado de su
esposa, que en agosto le dará su segundo hijo, Simpson fue protagonista
silencioso de ese dramático final.
La última jornada la arrancó en la octava casilla y ese
inicio no fue promisorio: ‘bogeys’ en los hoyos 2 y 5 lo hicieron caer en la tabla
de posiciones. Sin embargo, tuvo una furiosa reacción que, más tarde se supo,
lo llevó directo al círculo de los ganadores: acreditó cuatro ‘birdies’ en los
siguientes cinco hoyos. Cerró con ocho pares consecutivos que para cualquier
torneo distinto al U.S. Open Championship hubieran significado una derrota. Sobrevivió
con creces en el dificilísimo tramo inicial y fue el único que no se equivocó
en el final, una combinación ganadora.
Cuando ya Simpson había firmado su tarjeta y estaba a la
espera, Furyk anotó ‘bogeys’ en el 16 y 18 para enterrar sus opciones. Idéntico
final tuvo Els, que en algún momento amenazó con pasar de largo. Harrington
aspiraba a un milagro, pero el error en el 18 se lo impidió. Y, por último,
McDowell, campeón del torneo en 2010 en Pebble Beach, pagó caros los errores de
los hoyos 13 y 14 y echó de menos un último ‘birdie’ para forzar un desempate.
Por eso, compartió el segundo lugar con Michael Thompson, este sí toda una
sorpresa, que acreditó la mejor tarjeta del domingo: 67 (-3).
![]() |
El 'putter', una vez más, postergó las ilusiones de Tiger Woods. |
El corte dejó fuera de carrera la siguiente lista de
connotados: Bubba Watson (ganador del Masters de Augusta), Luke Donald (número
uno del mundo), Rory McIlroy (campeón defensor), Dustin Johnson (ganador de la
semana previa), Ryo Ishikawa, Louis Oosthuizen, Lucas Glover (excampeón del
torneo), Martin Laird, Bill Haas, Mark Wilson, Carl Pettersson, Geoff Ogilvy,
Scott Piercy, Kyle Stanley, Gary Woodland, D.A. Points y Aaron Baddeley, todos
ganadores en el PGA Tour el año pasado o en la presente temporada, y Michael
Campbell (otro excampeón). Por eso, a la hora de hablar de fracasos, mejor
revisar este listado.
‘El Tigre’, que era colíder al término de los primeros 36
hoyos y parecía encaminarse hacia su decimaquinta victoria ‘Major’, una vez más
padeció los rigores de su divorcio con el ‘putt’. Al final, a diferencia de lo
que se pudiera pensar, se mostró satisfecho con el resultado, a pesar de
terminar en la casilla 21, a 6 golpes del vencedor. El exnúmero uno del mundo
afirmó haber quedado muy contento con su juego y reconoció que la victoria se
le escapó al no haber podido descifrar la velocidad de los ‘greenes’ durante
sábado y domingo.
La actuación de Woods el fin de semana supuso una decepción
para sus millones de hinchas alrededor del mundo. Parecía ser el final de su
sequía en los ‘Majors’ y la reanudación de su carrera en pos del récord de Jack
Nicklaus (18 coronas). Pero, otra vez no fue. A diferencia de actuaciones recientes,
sin embargo, no se lo vio salido de casillas, ni desesperado, sino más bien
resignado a su suerte. De cara al British Open, que se iniciará el próximo 19
de julio en Royal Litham & St. Annes, un campo en el que en 2001, cuando
triunfó David Duval, terminó en la casilla 25, a 9 impactos del vencedor, ‘el
Tigre’ sigue como el rival a vencer. Falló sobre el ‘green’, donde se decide al
ganador, pero pegó bien el resto del campo y ya se sabe de qué es capaz cuando
se sintoniza con el ‘putter’.
Este U.S. Open Championship dejó a una nueva estrella en el firmamento
golfístico mundial: Webb Simpson. Este joven tendrá ahora que ratificar que no
es otra de tantas estrellas fugaces y que está en capacidad de competir al más
alto nivel con regularidad. Condiciones ha mostrado de sobra, ya acredita tres
éxitos en el circuito y ahora atesora un ‘Grande’. Woods, que puso todo el
condimento durante las dos primeras rondas, se quedó corto. Pero, equivocados
están todos aquellos que creen que nunca más volverá a ganar un ‘Major’, que no
le dará un nuevo impulso a su reinado. Porque, pese a todo, él sigue siendo el
rey…
Hasta la próxima…
No hay comentarios:
Publicar un comentario