lunes, 21 de mayo de 2012

El Camilo que debemos apreciar y valorar


Las buenas actuaciones de Camilo Benedetti no han pasado inadvertidas para el PGA Tour.
Los colombianos conocimos el Nationwide Tour gracias a las ejecutorias de un Camilo, Villegas, en 2005. Por esa vía, la del circuito alterno, el antioqueño llegó al PGA Tour, tras ocupar el puesto 13 de la Lista de Ganancias en esa temporada, una exitosa campaña que incluyó 9 Top-10 y que lo encumbró como una de las figuras jóvenes más promisorias del momento. Ahora, siete años más tarde, hay otro Camilo, Benedetti, que nos hace ilusionar con la presencia de un colombiano en el PGA Tour.

Disputados 9 de los 27 certámenes programados para 2012, es decir, el 33 por ciento de la programación, Benedetti, por primera vez en su trayectoria, está a estas alturas de la temporada en el Top-25, el grupo que al final del año obtiene cupo directo al PGA Tour. Luego del BMW Charity Pro-Am, en el que ocupó el puesto 18, Benedetti aparece en la casilla 16 con 86.805 dólares. Alcanzó a estar de noveno y perdió algunas casillas, pero se mantiene firme; acredita 24.971 dólares más que el puesto 125 (Brad Fritsch), lo que le da un margen de tranquilidad.

Benedetti se hizo profesional a mediados de 2003, una vez concluyó sus estudios en la Universidad de Florida, donde compartió equipo con Villegas. Disputó ocho torneos del Nationwide Tour, pero solo superó un corte. Y fue eliminado en la primera ronda del Q-School. Desde entonces, comenzó un duro camino cargado de obstáculos, varias decepciones y no pocas alegrías. Eso sí, siempre con tendencia a la evolución, a la madurez, al crecimiento personal y deportivo. Un camino que, si todo sigue un curso normal, podría terminar el próximo 28 de octubre con el carné del PGA Tour para la temporada 2013, cuando concluya el Nationwide Tour Championship.

Lejos de la exposición mediática de Villegas, con un verdadero perfil bajo, a los 33 años Camilo está en el punto más alto de su trayectoria profesional. El más alto, sí, pero no su techo, porque todavía tiene mucho por ofrecer. En 2004 y 2005 militó en el NGA Hooters Tour y llegó hasta la segunda fase del Q-School. En 2006, aún como miembro de ese minicircuito, alcanzó por primera vez la final de la Escuela, en la que sufrió una dura decepción, aunque dio un paso muy importante: se hizo jugador del Nationwide Tour. En ese ámbito acumula 106 participaciones con 10 Top-10. Su mejor figuración es el tercer lugar en el Albertsons Boise Open del año pasado.
Ya en 2008 le coqueteó al más importante circuito golfístico del mundo, cuando clasificó por primera vez a la final. Sin embargo, esa participación supuso otra frustración, pues su nivel estuvo lejos de lo esperado. Luego, en 2010, volvió a esa instancia y estuvo muy cerca de conseguir el carné: terminó en la casilla 30, a pocos golpes de los que consiguieron el objetivo; como se dice en la calle, “le faltaron 5 centavos para el peso”. El año pasado, por tercera vez, jugó ese torneo y, de nuevo, se quedó a mitad del camino: abandonó tras cuatro rondas.

Todos esos obstáculos le llevaron a entender que necesitaba una ayuda adicional, más allá de lo que podía ofrecer su juego, de sus reconocidas disciplina y constancia, de su espíritu perfeccionista. Entonces, se puso en manos del equipo de trabajo de la sicóloga caleña Martha Cobo, uno de los más reputados en el mundo del deporte en Estados Unidos. Aunque ha sido un trabajo lento, en el que no faltaron los tropezones, no cabe duda de que Benedetti es hoy otro jugador: mentalmente está más preparado para sortear los retos que le impone el juego y con el bagaje suficiente para que no se repitan las situaciones frustrantes del pasado.

El año pasado, el primero bajo la égida de Cobo, terminó en el puesto 35 de la Lista de Ganancias, a menos de 30 mil dólares del Top-25. Acreditó dos Top-5 en la recta final de la campaña (incluido el quinto lugar en el Nationwide Tour Championship) y dio el toque de alerta. Este 2012, entonces, ha representado otro punto de crecimiento en su trayectoria. Tras no poder superar el corte en el Pacific Rubiales Open, en el Country Club, logró algo inédito para el golf colombiano: tres Top-10 consecutivos. Fue noveno del Chile Classic y quinto del Chitimacha Louisiana Open y del Soboba Golf Classic. Una racha que ni siquiera Camilo Villegas logró en este circuito (dos veces sumó dos Top-10 seguidos).

Olvidado y/o ignorado por los medios de comunicación, las excelentes actuaciones de Camilo Benedetti suelen pasar inadvertidas. Militar en el segundo nivel del golf estadounidense para algunos no es suficiente razón para prestarle la atención que merece. Eso, sin embargo, no oculta la realidad: el esfuerzo y el sacrificio acumulados en la última década están dando sus resultados: hoy su juego es mucho más consistente y las tarjetas con números rojos son frecuentes. De las 32 que firmó hasta ahora, 22 fueron bajo par y 13 de ellas por debajo de 70 golpes. Tiene 3 águilas y 119 ‘birdies’ (séptimo en la estadística), y su ‘score’ más elevado fue un 74 (dos veces).

El Tour lo calificó como un jugador para ver en 2012.
No cabe duda de que los colombianos tenemos una forma muy particular de ver las cosas: en 2005, con una campaña muy similar, aunque con altibajos, la afición estaba enloquecida con lo que hacía Camilo Villegas en el Nationwide Tour. Hoy, sin embargo, se nota una excesiva frialdad para analizar y valorar lo realizado por Camilo Benedetti. Si bien falta mucho camino por recorrer y el panorama puede cambiar radicalmente, nunca antes, a estas alturas de la temporada, un jugador colombiana acreditaba tan buenos números en la ruta al PGA Tour.

A pesar de que el gran referente de los golfistas colombianos en los tres últimos lustros es Villegas, y todos los chiquillos que se inician en este deporte quieren llegar a ser como él (por lo pronto, imitan su vestimenta, sus poses, su peinado), valdría la pena que los padres les hicieran mirarse en el espejo de Camilo Benedetti ahora que se encuentran en pleno proceso de formación. Aunque algunos de sus colegas dicen que él es exageradamente perfeccionista, y que ese factor demoró su evolución, es indudable que la seriedad para encarar su profesión, su disciplina y constancia son dignas de imitar.

Aunque en el deporte, y mucho menos en el golf, se puede hablar de justicia, es claro que la vida y el este deporte tienen una deuda con Camilo Benedetti: le han dado menos de lo que debería haber atesorado. Eso es algo que a él no lo trasnocha, y más bien valora todo lo recibido, especialmente la familia que es su razón para vivir. Pero, tras la mediática irrupción de Camilo Villegas, los colombianos seguimos a la espera de que otro compatriota ingrese al PGA Tour. Como dicen en la hípica, Benedetti es “número puesto”: hoy por hoy, no hay otro candidato que reúna tantas condiciones como él.

Si de algo ha dado cátedra Benedetti durante su trayectoria como profesional es de paciencia, de capacidad para levantarse tras sufrir los golpes, además de disciplina, constancia y perseverancia. Un singular coctel de virtudes que padres e instructores debería copiar para enseñarles a sus discípulos e hijos, y que la afición debería emular para apreciar la excelente campaña que cumple Camilo en el Nationwide Tour. Ojalá este buen camino recorrido hasta ahora se corone a finales de octubre con el cumplimiento del sueño, suyo y nuestro, y Camilo Benedetti esté en 2013 en el PGA Tour.

Hasta la próxima…

No hay comentarios:

Publicar un comentario